La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha desestimado la presión de algunos sectores para la aplicación obligatoria de vacunas actualizadas contra el COVID-19, señalando que estas exigencias se basan más en criterios comerciales que en políticas de protección sanitaria de carácter público.
El director general de la OPS, Jarbas Barbosa, advierte sobre la necesidad de diferenciar entre la salud pública y los intereses del mercado farmacéutico, destacando cómo los productores de vacunas a menudo utilizan estrategias de propaganda para promocionar nuevas versiones, instando a verificar cuidadosamente estas afirmaciones.
En el contexto de estas declaraciones, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en México anunció la resolución para otorgar registros sanitarios definitivos y permisos de comercialización de vacunas actualizadas contra las nuevas variantes del virus.
Sin embargo, Barbosa reafirma la eficacia de las vacunas existentes, subrayando que aún son altamente efectivas para prevenir casos graves y muertes relacionadas con el COVID-19. La OPS insiste en la importancia de aprovechar las vacunas disponibles en lugar de caer en la percepción errónea de que las vacunas anteriores son obsoletas o ineficaces.